Eso que tù haces

domingo, 20 de enero de 2008

Nada se compara.
Nada se compara a nadie. Extraña frase.
Estuve pensando, sintiendo al cielo, dejandome llevar por lo que mi cuerpo me decía, por ese sonido intermitente de mi corazón que no se detiene nunca cuando pienso. Tomé mi guitarra y mis dedos hicieron magia, al menos así se oía, porque sentía cada Fa, cada La, cada acorde que mis dedos articulaban, era una clase de tortura placentera que me enredaba más aún en lo que estaba sintiendo.
Melodías no muy especiales, gotas de música o de miel quizás.
Colores en el viento, en las ventanas de las casas, sonrisas especiales, nada de gritos molestos desde mi exterior, una burbuja personal.
Estuve sonriendo, y supe que nada se compara a eso.
Estudiando la situación me di cuenta de que todo era correcto, que empieza a serlo cuando tu lo decides, y termina cuando te das por vencido.
Estuve escuchando esa canción, sí esa, cientos de veces, miles de horas, y no me importó, no eran segundos perdidos.
El tiempo dejé de perderlo cuando dejé de llorar.
Estuve pensando, si pensando, aunque parezca inusual que lo hago a menudo.
Estuve pensando, y descubrí...un millón de cosas que nada tienen que ver con el mundo real ( o talvéz si).

Estuve sonriendo otra vez y me di cuenta...de que nada se compara a eso que tú haces.

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